Llegaba a un encuentro de escritores, hace unos meses, un estreno privado de una película francesa con temática graffiti (tendré que hablar de ella en otro post) y cuando me acomodaba en la sala apareció Derz, un antiguo compañero de escena de los 90, cuando la zona de Poble Nou de Barcelona era un espacio ruinosos lleno de lugares abandonados y descampados y lo más importante, era nuestra segunda casa.
Aquellos tiempos en los que la información fluía en las revistas de graffiti, las físicas, impresas en papel brillante. Con diseños locos y de orígenes muy diversos. Aquellas revistas que conseguíamos porque los editores locales (entre los que me incluía con nuestra
Barcelona Game Over Magazine) intercambiaban centenares con los editores de otros países y así teníamos un modo más barato de conseguirlas.
Bueno... volviendo a a sala de cine, el grato encuentro con Derz fue genial, pues hacía años que no nos veíamos y tras la cordialidad que nos caracteriza a los "street players" toma su mochila y abre la cremallera, saca una revista (imagen) y me dice, "¿has visto ya lo que estamos haciendo?".
Sabía que iban a hacer algo, uno de sus compañeros de edición me pidió fotos en su día y me contó por encima el proyecto. Pero me había olvidado. Derz así me ofreció un ejemplar de regalo de como decía él, un proyecto romántico, un Graffiti Magazine publicado en papel en 2016.
Larga vida al "Street Spirit" y haceros con él porque por muchos ejemplares que hagan, serán pocos tarde o temprano, esto ya lo sabemos por experiencia.
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